Equipos de Protección Individual (EPI): normativa, prevención y compromiso con la seguridad laboral.

La seguridad y la salud en el trabajo son una responsabilidad compartida entre las empresas y sus trabajadores. En muchos entornos laborales, existen riesgos que no pueden eliminarse completamente, por lo que la protección individual se convierte en una herramienta esencial. Los Equipos de Protección Individual (EPI) son la última barrera entre el trabajador y un posible peligro, y su correcta utilización puede evitar accidentes y lesiones de gravedad.

El marco legal de los EPI en España

La Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, establece los principios generales que deben seguir todas las empresas para proteger a sus empleados. Según esta norma, en su artículo 17, el empresario deberá proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual adecuados para el desempeño de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mismos cuando, por la naturaleza de los trabajos realizados, sean necesarios.

Los equipos de protección individual deberán utilizarse cuando los riesgos no se puedan evitar o no puedan limitarse suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo. Pero no solo debe proporcionarlos, sino que también vigilar que los trabajadores los usen y sancionar si es necesario al trabajador que se niegue a usarlos.

Esta ley se complementa con el Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, que regula las disposiciones mínimas de seguridad y salud en la utilización de equipos de protección individual. Este Real Decreto define el EPI como cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin. Además, este Real decreto, obliga al empresario a proporcionar gratuitamente a los trabajadores los equipos de protección individual que deban utilizar, reponiéndolos cuando resulte necesario.

La normativa deja claro que los equipos deben ser adecuados a cada tipo de riesgo, cumplir con el marcado CE, y adaptarse tanto al trabajador como a las condiciones del entorno. A su vez, el trabajador está obligado a utilizarlos correctamente y a comunicar cualquier deterioro o defecto.

La Guía Técnica del INSST: herramienta práctica para la prevención

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ofrece una Guía Técnica que orienta a las empresas en la aplicación del Real Decreto 773/1997. En ella se incluyen criterios para la selección de los EPI, métodos para evaluar su eficacia, recomendaciones sobre su mantenimiento y pautas sobre compatibilidad entre diferentes elementos de protección.

Esta guía resulta especialmente útil para empresas que desarrollan actividades diversas —como servicios de vigilancia, control de accesos, mantenimiento o atención al público— donde los riesgos pueden variar considerablemente. Gracias a estas orientaciones, es posible seleccionar el equipo más adecuado según la tarea: guantes anticorte, calzado antideslizante, chalecos reflectantes o protectores auditivos, entre otros.

Más allá de la normativa: una cultura de seguridad

Cumplir con la legislación es esencial, pero la verdadera prevención va más allá del requisito legal. Promover una cultura de seguridad dentro de la empresa implica que cada trabajador asuma la importancia de utilizar correctamente sus equipos, y que se fomente la formación, la revisión periódica y el respeto por las normas preventivas.

El uso responsable de los EPI refleja el compromiso de la empresa con su personal y con la calidad de los servicios que ofrece. Un entorno laboral seguro favorece la confianza, reduce la siniestralidad y mejora la productividad.

La seguridad empieza por las personas

El cumplimiento del Real Decreto 773/1997 y de la Ley 31/1995 no debe verse como una simple obligación administrativa del empresario, sino como un compromiso con la salud, la responsabilidad y el respeto por quienes forman parte de la organización. Y en todo ello, es parte importante el trabajador, ya que es el que debe usar correctamente los EPIS proporcionados por el empresario.
En cualquier sector, la seguridad empieza por las personas, y garantizar su protección es la base para construir un entorno laboral más sólido, confiable y profesional.